Todavía no termina la temporada para el Real Madrid, que el 28 de este mes podría convertirse en el nuevo monarca de Europa si derrota al Atlético de Madrid en la final de la Champions League, y ya hay voces que sugieren que Cristiano Ronaldo ha cumplido su ciclo en el Real Madrid. Que lo más conveniente para el club blanco sería venderlo a precio galáctico y así hacer caja para comenzar un nuevo proyecto deportivo. Que con 32 años, el luso ya no es más la máquina de antaño y que su continuidad en el Real solo serviría para observar su inevitable declive.
Parecen olvidar en España los números de infarto del líder natural del Real Madrid. Y no hablo de cifras históricas o récord conseguidos a través de los años, sino de cifras actuales, que revelan la importancia de Cristiano para su club, y de su indubitable vigencia en la máxima competencia.
Veamos. Desde que llegó a Madrid, procedente del Manchester United (donde lo último que hizo fue conquistar la Champions y coronarse como goleador del torneo), hace siete temporadas, el portugués siempre ha estado por encima del promedio de 0,94 goles por partido en toda competición. Una cifra de escándalo. Pero a través de los años, los números de ‘7’ fueron mejorando paulatinamente. Así, durante los últimos cinco años, su promedio es superior al gol por partido. En asistencias, hoy exhibe un 0,3 de promedio, el segundo mejor de su carrera, lo que lo ubica esta temporada en el quinto lugar de la Liga española en este rubro.
Pero vayamos a la temporada en curso. En este lapso, Cristiano ha anotado 16 goles en 11 encuentros en torneos internacionales. A falta de la final con Atlético, está a un solo gol de su mejor marca histórica en este rubro, y con esta lleva cinco temporadas consecutivas de la Champions League anotando 10 o más goles.
Para todos quienes creen que Cristiano ya no es el mismo de hace un par de temporadas, basta indicar que es el único jugador que ha encadenado seis temporadas consecutivas marcando más de cincuenta goles en alguna de las cuatro grandes ligas de Europa. Y de continuar en el Real de seguro la racha continuará.
Todavía hay Cristiano para rato. No será el jugador más carismático ni el más querido. Tendrá poses de divo y gestos pedantes, pero sigue siendo un mounstro de quebrar récords. A él le debemos una época dorada del fútbol y el nivel superlativo de su eterno rival y cometidor, Lionel Messi.