"El equipo va entendiendo el mensaje". Fue lo primero que le salió del corazón a Roberto Mosquera, tras el tremendo triunfo de Alianza Lima de visita ante un Sporting Cristal que tuvo que doblegarse ante la superioridad blanquiazul. No hay reparos en este sentido, porque el elenco victoriano fue más que el elenco rimense, que aparentemente sobre el papel, llega en mejores condiciones a este partido. Pero esto es fútbol y la última palabra nunca está dicha. El equipo aliancista supo imponer condiciones de visita ante un buen rival y ganó con categoría.
Pero hay que ser hidalgos y reconocer que la labor del entrenador fue determinante en el partido de la fecha del torneo nacional. Así como muchas veces hemos cuestionado el juego impreciso y apático de los aliancistas, en esta oportunidad hay que resaltar el buen desempeño del equipo íntimo, partiendo de la idea del técnico que comienza a tomarle el pulso a sus dirigidos, logrando que los jugadores puedan ejecutar lo que se trabaja en la semana. No hay que ser mezquinos y hay que reconocer el mérito de Mosquera para que su equipo tenga otra forma de encarar los partidos.
Es cierto que el triunfo ante Cristal es encomiable, pero entendamos que este es el mejor partido que ha hecho Alianza en lo que va de la temporada y si decimos que es el mejor desde que Mosquera llegó al elenco victoriano, tampoco estaríamos faltando a la verdad. Pero ojo, para que Alianza siga jugando de esta manera, necesita sostener una idea de juego. El equipo tiene que ir a cualquier cancha y mostrarse protagonista como lo hizo en la cancha del Alberto Gallardo. A partir de ahora, los íntimos de La Victoria tienen que demostrar que sí son serios candidatos.
Mosquera sabe mucho de fútbol, pero también es cierto que se ha ido demorando mucho para plasmar una idea futbolística que vaya acorde con la rica historia de la institución. Le ganó bien a Cristal, pero tiene que ganar bien el título nacional, solo así justificará su presencia en el cuadro popular. No hay otra. Si Roberto Mosquera no sale campeón no podrá entrar al "olimpo" de los técnicos que pasaron por Alianza Lima y dejaron su huella. Lo demás será puro verso y él lo sabe mejor que cualquiera. Ganar jugando bien es lo ideal, pero la tarea pasa por levantar la copa a fin de año. ¿O no?